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    Avileños en Pinar del Río: Devolver la luz y la alegría

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    Brigada Grupos Electrógenos de Emergencia (EMER) Ciego de ÁvilaUna pequeña brigada de la EMER en Ciego de Ávila respondió sin dilación al llamado para recuperar a Pinar del Río

    Horas antes de la inminencia de vientos fortísimos, penetraciones del mar e intensas lluvias, que convertirían a la provincia de Pinar del Río en zona de desastre, muchos hombres ya pensaban en clave de recuperación, en jornadas intensas de trabajo alejados de los suyos.

    Uno de ellos fue Adrián Gutiérrez Espinosa, quien parece que cada vez que la Organización Meteorológica Mundial nombra un ciclón con letra inicial i en la Cuenca del Caribe debe ponerse casi más preparado y alerta que la mismísima Defensa Civil. Primero el Ike en Las Tunas, luego el Irma por su provincia avileña y recientemente Ian por tierras de Vuelta Abajo, confirmaron sus empeños en pos de restablecer servicios fundamentales a la población.

    El joven técnico A en mantenimiento industrial de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Grupos Electrógenos de Emergencia (EMER) de Ciego de Ávila, junto a cinco de sus compañeros, no demoraron ante el llamado y, dos días después del paso del meteoro, ya ayudaban al pueblo pinareño.

    En estos casos la prioridad está en devolverle la vitalidad a los abastos de agua a la población mediante el montaje de grupos electrógenos porque, según los pronósticos iniciales, se sabía que la electricidad demoraría en llegar a muchos lugares entre 25 y 40 días.

    “La tarea en los primeros días estaba muy complicada, a partir de la dificultad en el acceso a los lugares, las largas horas de trabajo, solo dormíamos tres o cuatro horas al día. Llegaba el agotamiento, pero siempre seguimos adelante”, comenta Reinier Hernández Juan, director de la UEB.

    “Al final estuvimos 22 jornadas de trabajo ininterrumpido, de sol a sol”, dice Adrián. Aunque a veces esas jornadas se extendían mucho más y llegaban al hospedaje a las dos o tres de la madrugada.

    “A las 6:00 ya estábamos de pie, desayunábamos e íbamos al puesto de mando a recibir las orientaciones. Eso era una labor sin horario de regreso. En sí hicimos lo mismo que aquí, pero con más esfuerzo y menos tiempo”, confirma el técnico Eduardo Ruiz Barrios, de 31 años de edad y en su primera experiencia en la recuperación de un ciclón.

    Tres fueron los equipos de trabajo de la brigada avileña de EMER, dos obreros por cada medio de transporte, con el fin resolver las necesidades del momento en el menor tiempo posible, en el municipio pinareño que hiciera falta. El límite geográfico solo lo marcaba la posibilidad de acceso del vehículo.

    Las imágenes de la devastación no se borrarán del recuerdo de estos hombres: casas de tabaco en el suelo, viviendas totalmente destruidas, planchas de cinc dobladas contra lo alto de los árboles, cocoteros partidos por la mitad; carreteras en las que avanzaban 20 kilómetros y no se veía un poste en pie (de cemento o madera), ni de telefonía ni electricidad. “Una cosa es verlo por la televisión y otra en vivo”, afirman todos ante lo impactante de una realidad en la que hubo gente que lo perdió todo.

    Pero aun en medio del desastre y el dolor siempre afloraba lo mejor del ser humano. “Usted llegaba y la gente siempre nos atendía enseguida. En cierta ocasión un padre de familia, con su casa en derrumbe total, cerca de una estación de bombeo nos brindó café y luego señaló la mesa tapada con nailon para invitarnos a almorzar. Son cosas que te llegan a lo profundo”, dice el director Reinier y no puede disimilar la emoción por la voz entrecortada y lo húmedo de los ojos.

    También relata la amistad que quedó con el niño de Boca de Galafre que se comunica casi a diario desde el WhatsApp de sus padres, para saber de él y su familia. “Más que agua o cualquier cosa material que les pudieras ofrecer a las personas damnificadas, en aquellos duros momentos agradecían las muestras de aliento para seguir adelante”.

    “Es gratificante que gracias a nuestro trabajo pudimos sacarles una sonrisa a muchas personas”, refiere Adrián, como parte de unas funciones que luego se expandieron a otros sectores como policlínicos, frigoríficos, farmacias, bancos.

    En todo momento el apoyo de las autoridades del Partido y el Gobierno de Pinar del Río se hizo presente, también primó la colaboración inestimable de Recursos Hidráulicos y de todas aquellas entidades que intervinieron para facilitar el trabajo de la tropa avileña de la EMER en la más occidental de las provincias.

    Ni hablar entonces del valor de la retaguardia para rendir sin preocupaciones: la familia y los compañeros que quedaron en Ciego de Ávila.

    Los primeros como el puntal imprescindible, comprensivo ante su deber solidario. Mientras, los tres técnicos que cubrieron el trabajo en la provincia durante esas semanas debieron multiplicarse ante desafíos como el apagón total sufrido en el país tras el ciclón, quedarse sin parque automotor y resolver así el promedio diario de 8 a 10 averías que ocurren actualmente a causa de la situación electroenergética actual.

    Ejemplos de consagración de un pequeño colectivo, con una estabilidad laboral envidiable, prestos a ofrecer sus servicios ante emergencias, que esperemos desaparezcan progresivamente como presagios de tiempos mejores.

    Últimos comentarios publicados

    • 1 año atrás
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    • 1 año atrás
      Este tipo de cuenta se creó con el objetivo de sufragar gastos de vacaciones de las personas naturales.

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    • 1 año atrás
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