Se dice fácil, pero no lo fue.

Sobre todo cuando se recuerda que estaba a punto de derrumbe por los años sin o con poco mantenimiento y porque el huracán Irma le promovió el eje. Es decir, la removió de lugar.

Sobre todo, lean bien, porque los trabajos comenzaron el año pasado (¿alguien se acuerda lo que pasó en Ciego de Avila en el 2021?) cuando el dolor por la pérdida de los seres queridos por la pandemia laceraba el alma.

Sobre todo porque se hizo en medio de una turbulencia de precios y sacando de donde no había y buscando soluciones e innovando y exigiendo hasta la saciedad.

Y, sobre todo, porque un grupo de personas en Patrimonio Provincial dijeron que no. Q la casa no se va a caer ni se va perder y si se va a salvar contra viento y marea.

Y ahí esta la casa de Pedro Martínez Brito, el vicepresidente de la FEU, el amigo de José Antonio Echeverría, el joven, el amigo, el soñador, el hijo, el hermano.